En el fondo siempre he tenido la seguridad de que todo pasa en esta vida. Nada se está quieto por mucho tiempo, todo continú a en movimiento, aú n cuando quisié ramos detenerlo y regresar en el tiempo para enmendar los errores cometidos.

Pero, tambié n debo reconocer que, a pesar de haberme sentido caer, de haber creí do que no podrí a levantarme; gracias a esa esencia universal en la que creo, siempre ha sucedido algo que me ha permitido superar todas las contrariedades del momento.
Quizá s mi mismo destino que algunas veces pareciera adverso, cambia abrié ndome nuevos escenarios que me indican el camino a seguir

Las personas que han pasado por mi vida, todas y cada una de ellas, han dejado huellas, algunas cicatrices, unas má s profundas que otras, pero, de cada uno he aprendido, nada ha sido en vano, ni siquiera en los momentos de dolor, ni en los momentos que he sentido cansancio, desasosiego, temor. Ni siquiera cuando he sido lastimada… nada ha sido en vano, se los aseguro.

Mi fe siempre ha estado presente, me ha dado la fuerza para continuar, me ha ayudado a mantenerme en lo alto, fortaleciendo mi amor propio, incluso cuando me he sentido flaquear. Pero el tiempo pasa, como pasan los añ os, curando muchas heridas y de esta manera, permitié ndome acariciar el presente.